El cartílago articular del sujeto adulto no tiene aporte sanguíneo, ni drenaje linfático; tampoco elementos nerviosos que le conecten al resto de los sistemas hemostáticos corporales. Los condrocitos, una vez rodeados de su matriz extracelular, se refugian incluso del reconocimiento inmunológico y, aunque las células siguen produciendo nueva matriz extracelular durante toda la vida, son ineficaces para responder ante una lesión.
Los esfuerzos sobre restauración biológica del cartílago articular se dirigen a dos posibles estrategias lógicas. La primera es potenciar la capacidad intrínseca del cartílago y hueso subcondral para curarse ellos mismos; la segunda es regenerar una nueva superficie articular trasplantando condrocitos o células condrogénicas o tejidos que puedan hacer crecer nuevo cartílago." Fuente y más información
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